lunes, 31 de diciembre de 2007

DAR SIN ESPERAR RECIBIR

Cómo no empezar estas líneas con ese título... me han dado tanto cada uno de ustedes... infinitas gracias por cada palabra, por cada letra, por cada atención brindada a esta también su amiga en la distancia. Han sido meses duros para mí, días fuertes donde la Fe de alguna forma se ha puesto a prueba, días con full trabajo al mismo par que las dificultades; gracias a Dios y a su Infinita Misericordia hasta ahora todo superable y confiando que seguirá así.

He tenido tantas ganas de escribir y tan poco tiempo... el cansancio invade pero aquí estoy cumpliendo así sea en el último día del año 2007 que bendigo y al mismo tiempo agradezco que termine... Pido disculpas por el abandono, pero hay cosas que no merecen ni siquiera ser contadas, así es mejor, sólo les pido una oración por mis intenciones y que el año venidero sea el mejor de nuestras vidas...

Sinceramente Angélica.


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Para estas fechas les traigo esta historia la cual tiene varias versiones, esta que presento aquí es quizás la más significativa; cada vez que la recuerdo me inunda el alma y el corazón de muchas emociones, espero les guste...


El hombre que da sin esperar recompensa,
recibe de la vida mucho más de lo que da.

Un joven recibió de su hermano,
como regalo de Navidad, el último modelo
de automóvil llegado al mercado.
Un niño contemplaba, extasiado, su belleza.
-¿Es suyo, señor? -le preguntó el muchacho,
cuando su dueño se disponía a entrar en él.
-Sí mi hermano me lo regaló por ser Navidad.
-¿Su hermano se lo regaló? ¡Cómo me gustaría...
...tener un hermano así! -pensó el joven que diría
el niño. Pero éste continuó:
...ser un hermano así!
El joven quedó impactado con la respuesta
y le invitó a dar un paseo en su automóvil.
Dentro del vehículo, el niño le dice al joven:
-Señor, ¿No le importaría pasar frente a mi casa?
El joven sonrió. Sabia que el muchacho
se sentiría orgulloso cuando sus vecinos
le vieran descender de un auto tan lujoso.
-¿Podría esperarme unos instantes al pie
de esos escalones que en seguida vuelvo?
Con gran agilidad, el muchacho sube
los escalones y, al rato, lo ve regresar
con un hermanito que caminaba
acompañado de una muleta.
Lo sentó en uno de los escalones
y, señalando el auto, le dice:
-¿Ves que es verdad?
Su hermano se lo regaló estas Navidades.
A él nada le costó.
Algún día yo te voy a regalar uno igual
y juntos podremos recorrer los más bellos lugares
que jamás hayas imaginado.


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MIS DESEOS PARA ESTE AÑO 2008



Gracias Gladys por enviarme esta presentación, eres un sol.